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Cuba comunista y los católicos:

ˇel PCC miente!

Al amparo de mentiras, fraudes y complicidades, el Partido Comunista de Cuba (PCC) intenta reflotar y proponer al mundo un modelo de convergencia comuno-católica, viejo sueño de teólogos de la liberación que parecía sepultado...

 

1. Reciente declaración del Buró Político del Partido Comunista de Cuba (PCC), sugiriendo que el 25 de diciembre sea en adelante un "día feriado para cristianos y no cristianos", deja al descubierto en sus considerandos -como pocos documentos de la siniestra historia de la revolución cubana- la mentira, el fraude, la pertinacia revolucionaria y la intención de salvar del naufragio al fracasado régimen comunista echando mano de cualquier subterfugio.

La amplia repercusión mundial de dicha declaración del PCC en importantes medios de comunicación, así como la benévola interpretación del mismo efectuada por algunas altas personalidades eclesiásticas, llevan a la Comisión de Estudios Por la Libertad de Cuba, como un ineludible deber de conciencia, a efectuar algunas puntualizaciones.

  2.

* El Partido Comunista de Cuba (PCC) miente deliberadamente al afirmar que "la Revolución Cubana nunca se caracterizó por un espíritu antirreligioso". Desde los primeros años de la revolución, el régimen comunista dejó al descubierto su saña anticatólica expulsando cientos de sacerdotes y religiosas, clausurando iglesias, cerrando escuelas y universidades católicas, acosando y persiguiendo a los fieles hasta convertirlos en desterrados en su propia Patria.

 * El PCC miente al vanagloriarse de que la revolución cubana, como "ninguna otra", contaría con "una página tan limpia de violencia o represión por motivos religiosos". Además de los hechos históricos que acaban de ser consignados, es sabido por todos los cubanos que esa "página" supuestamente "limpia" está bañada por la sangre de jóvenes seglares católicos enviados al paredón de fusilamiento, donde murieron heroicamente como mártires, gritando: ˇViva Cristo Rey! ˇAbajo el comunismo! Esa "página" supuestamente "limpia" está manchada por la dolorosa suerte de religiosos y fieles católicos que fueron confinados en campos de concentración, mezclados con criminales comunes y depravados morales; así como de sacerdotes objeto de chantajes y salvajemente apaleados por miembros del PCC, según denuncia en sus memorias Fray Miguel Angel Loredo, él mismo víctima de 10 años de torturas en las cárceles castristas. Esa "página" supuestamente "limpia", pero en realidad sombría y abyecta como pocas en la Historia contemporánea, está indeleblemente marcada por graves e irrefutables hechos de persecución religiosa contra el rebaño indefenso... (cfr. J. Clark, Cuba: mito y realidad, Miami-Caracas, 1990)

 * El PCC, en este vano intento de maquillar su faz antirreligiosa, trata de esconder con una mano lo que ha escrito con la otra en sus programas ideológicos y manuales de propaganda. En ellos ha confesado sin escrúpulos su meta de inocular en la población "la concepción científico-materialista del mundo"; trazado como objetivo ideológico "la superación de la religiosidad" y de los "prejuicios religiosos" de los desdichados cubanos; y presentado como estrategia la necesidad de detectar en la población cualquier "reanimación de creencias" para mejor neutralizarlas, combatirlas y extirparlas (cfr. Programa del Partido Comunista de Cuba, Editora Política, La Habana, 1986; La propaganda y su papel en el trabajo ideológico del Partido, Editora Política, La Habana, 1983).

 * El PCC, si realmente deseara atenerse a la verdad histórica en materia religiosa, debería citar al propio dictador Castro cuando a mediados de la década del 60, en discurso en la Universidad de La Habana, lanzó la perversa estrategia de crear apóstatas y no mártires: "No caeremos en el error histórico de sembrar el camino de mártires cristianos, pues bien sabemos que fue precisamente el martirio lo que dio fuerza a la Iglesia. Nosotros haremos apóstatas, miles de apóstatas" (cfr. J. Clark, op.cit., idem).

 * El PCC escamotea una vez más la verdad cuando cita supuestas ventajas para los católicos contenidas en el artículo 8 de la actual Constitución cubana -"el Estado reconoce, respeta y garantiza la libertad religiosa"- al tiempo que omite la incómoda afirmación del artículo 62 donde se prohibe que esa libertad sea ejercida "contra la existencia y fines del Estado socialista" y se amenaza a los fieles católicos advirtiendo que la "infracción" de ese "principio" es "punible".

 * El PCC, de esa manera, oculta deliberadamente su fraudulenta política religiosa para cínicamente poder afirmar que la suspensión del feriado de Navidad, durante casi 30 años, no se debió a ningún "sentimiento antirreligioso" y sí a supuestos motivos de prioridad en la zafra azucarera... (prioridad que, dígase de paso, a ningún otro país de América Latina y el Caribe -por más pobre que fuese- se le ocurrió alegar jamás para cancelar la piadosa celebración del nacimiento del Divino Niño Jesús)

 * El PCC deja al desnudo su obcecación revolucionaria al destacar "el carácter marxista" del sistema político cubano, alardeando que éste sería "indestructible"; y añadiendo, ˇoh dolor!, que su "prestigio" crecería gracias a numerosos respaldos internacionales, en particular, aquellos provenientes de sectores eclesiásticos. Respaldos cada vez más inexplicables a la luz de recientísimas denuncias, como un informe de la entidad Human Rights Watch, que muestran que después del viaje papal el régimen aumentó la persecución y el acoso contra los opositores, negándose a efectuar cambios políticos, a liberar cientos de prisioneros de conciencia y a reformar el Código Penal.

* El PCC ofende a los católicos al ensalzar blasfemamente un supuesto "profundo" "sentido revolucionario" que tendrían los Evangelios, pretendiendo ignorar la enseñanza tradicional del magisterio de la Iglesia que asevera que el comunismo es intrínsecamente perverso y que es inadmisible la colaboración con él en cualquier terreno (Pio XI, Divini Redemptoris). Pretendiendo ignorar, decimos, pues el Buró Político del PCC y sus asesores en asuntos eclesiásticos conocen esa doctrina perenne, sabia e inmutable, les perturba profundamente su existencia y la consideran como el mayor obstáculo a las tramas comunistas. Se explica por ello que la declaración del PCC embista furibundamente contra quienes utilizarían "los sentimientos religiosos con fines contrarrevolucionarios", acusándolos de "pérfidamente" usar "métodos sucios e inescrupulosos"... Se precisaba llegar a este caótico fin de milenio para que los anticomunistas debiéramos oír de boca de marxistas, por causa de nuestra fidelidad a la Iglesia, el calificativo de "pérfidos" que, por el contrario, tan precisamente describe a los revolucionarios: infieles, traidores, desleales, de mala fe, según el diccionario.

 * El PCC pinta con colores dramáticos, de manera interesada, el escenario de un mundo que se encaminaría hacia una "catástrofe sin precedentes", en la que estaría en juego la propia "supervivencia" de la humanidad. Al mismo tiempo, la declaración del PCC insinúa que Cuba podría ser un laboratorio social en el cual germinase una sui generis convergencia comuno-católica, que haga realidad viejos sueños y utopías de teólogos de la liberación hoy aparentemente derrotados (como en apariencia están derrotados los remanescentes del comunismo internacional, estratégicamente agazapados a la espera de coyunturas favorables). Sui generis convergencia en la que el Partido Comunista de Cuba, abriendo sus puertas "de par en par" a los creyentes, aportaría una alternativa que diese cabida a "todos los hombres de buena voluntad" dispuestos a trabajar, codo a codo con el comunismo, supuestamente "por el bien de la humanidad"... Sui generis convergencia, por fin, que intentaría salvar del naufragio los supuestos logros de un régimen en bancarrota, para lo cual no faltaría cuantiosa ayuda financiera proveniente de agencias gubernamentales y eclesiásticas internacionales.

 3. Por sus líneas y entrelíneas, y por su alcance estratégico-publicitario, esta declaración del PCC es comparable en trascendencia, bajo varios aspectos, al fraudulento libro Fidel y la Religión-Conversaciones con Fray Betto (1985).

 4.

Delante de todo lo anterior, la Comisión de Estudios Por la Libertad de Cuba hace un llamado a los católicos de la isla y del exilio -y a los del mundo entero- a abrir sus ojos y rechazar categóricamente maniobras publicitarias en curso tendientes a proyectar, desde los escombros de Cuba marxista, una supuesta alternativa comuno-cristiana rumbo al siglo XXI, especialmente para los denominados países en desarrollo.

En este contexto se explica el enorme interés demostrado por el dictador Castro en una eventual escala en la isla-cárcel del avión que conducirá a S.S. Juan Pablo II de retorno a Roma, procedente de México y Estados Unidos, en enero de 1999.

  

Sergio F. de Paz Dr. Enrique J. Cantón

Coordinadores

Comisión de Estudios Por la Libertad de Cuba

 

Miami, 8 de diciembre de 1998,

Fiesta de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen

 

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Sres.

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Fax: (305) 596-3909 Tel.: (407) 3960261 E-mail:PLCuba@Hotmail.com

Envío mi pública adhesión a este documento y deseo colaborar financieramente para su difusión.

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