Apuntes de Destaque Internacional. Domingo 31 de mayo de 2015. Responsable: Javier González. E-mail: destaque2016 @ gmail.com (opiniones, pedidos de suscripción y remoción, sugerencias, etc.)
Uruguay: (in)verdad histórica, resentimiento izquierdista y “lumpen”
La vengativa izquierda radical uruguaya intenta manipular la verdad y la justicia mediante una gigantesca omisión: trata de hacer olvidar los crímenes de los tupamaros y promueve, de esa manera, una comisión de (in)verdad y de (in)justicia histórica.
1.
En América latina, en las décadas de 1960 y 1970, fanáticos guerrilleros marxistas, frecuentemente influenciados por ideologías católico-liberacionistas, cometieron crímenes de lesa patria y de lesa humanidad con el objetivo de imponer a sangre y fuego dictaduras omunistas al peor estilo de las entonces existentes en la Unión Soviética, China y Cuba. Hoy, al menos una parte de esos ex guerrilleros y de sus seguidores, continúa manifiestando resentimiento y espíritu de venganza por el hecho de que fracasaron en su intento de implantar en América latina un “eje del mal” de dictaduras comunistas.
2.
Quienes participaron en esa violencia guerrillera, y sus actuales nostálgicos, tratan de justificar su espíritu vengativo alegando que durante el período en que agredieron con las armas a la sociedad, ocurrieron injustificables crímenes y abusos por parte de miembros de órganos de seguridad de países latinoamericanos.
3.
Es verdad que a través de esos deplorables abusos se desvirtuó de esa manera el legítimo derecho del Estado y de sus instituciones de neutralizar a las guerrillas para defender al Estado, a la propia nación y a la población injustamente agredida. No obstante, los ex guerrilleros hacen total silencio sobre el hecho de que son ellos mismos, con su agresión a la sociedad, quienes están en la causa y son los grandes responsables por los procesos de caos social y político por el que pasaron varios países, algunos de los cuales prácticamente sufriendo crueles guerras civiles. 4.
Esos mismos ex guerrilleros y sus actuales seguidores también hacen silencio sobre otro motivo de resentimiento y venganza que los mueve: no consiguen digerir hasta hoy el hecho de que, en las décadas de 1960 y 1970, las mayorías latinoamericanas, incluyendo a los sectores más desposeídos, no se dejaron seducir por los cantos de sirena de las izquierdas violentas. Esa importante circunstancia histórica contribuyó decisivamente al aislamiento político de los guerrilleros e inclusive a su derrota militar. El resentimiento contra las clases populares que les dieron las espaldas, consta por ejemplo en documentos atribuidos a los guerrilleros tupamaros uruguayos, que no se han desmentido, con referencias despectivas contra las personas humildes que no se dejaron llevar por los cantos de sirena revolucionarios, con bajas expresiones tales como “lumpen” y “cascarriaje”.
5.
Un tercer motivo de resentimiento y espíritu vengativo, también bastante silenciado por las izquierdas, es la vergonzosa caída del muro de Berlín y de la propia cortina de hierro, en 1989 y 1990, un acontecimiento que dejó de manifiesto que el comunismo, al cual los ex guerrilleros quisieron arrastrarnos, solamente generó un panorama de injusticia, miseria y sangre.
6.
En el Uruguay de hoy, es en ese contexto de premisas silenciadas y de resentimiento político que puede entenderse más cabalmente la reciente puesta en marcha del Grupo de Trabajo por Verdad y Justicia, bajo el impulso del “moderado” presidente Vázquez, que intenta por ese medio satisfacer las ansias de venganza de los sectores de extrema izquierda de su actual gobierno.
7.
El alegado objetivo del referido Grupo de Trabajo es el de analizar lo ocurrido, en materia de derechos humanos, no solamente durante la dictadura cívico militar entre 1973 y 1985, sino en un período que ahora los izquierdistas ampliaron para incluir también a un gobierno civil anterior a los militares, que fue democráticamente electo, y en el cual los tupamaros recibieron duros reveses militares y políticos.
8.
El mencionado Grupo de Trabajo pretende restringir sus investigaciones a las violaciones de derechos humanos de organismos del Estado, omitiendo cualquier referencia a las violaciones de derechos humanos perpetradas por los guerrilleros marxistas comunistas uruguayos. Se trata de una gigantesca omisión, impregnada de parcialidad histórica que contribuye a descalificar, anticipadamente, el trabajo de dicha comisión.
9.
La vengativa izquierda radical uruguaya, mediante esa omisión, intenta manipular la verdad y la justicia: trata de hacer olvidar los crímenes de los tupamaros y promueve, de esa manera, una comisión de (in)verdad y de (in)justicia histórica.
10.
En el mismo sentido de agresión a la verdad y a la imparcialidad histórica es el objetivo anunciado por el nuevo secretario general de la OEA, el ex canciller uruguayo Luis Almagro, en el sentido de que la "OEA debe hacer un mea culpa por haber expulsado a Cuba". El Dr. Almagro confiesa de esa manera que está dispuesto a contribuir a que el régimen comunista cubano, que después de casi seis décadas continúa oprimiendo al pueblo cubano, pase como por arte de prestidigitación psicológica, y contra todas las evidencias de la verdad histórica, de un papel de cruel agresor al papel de una víctima inocente.
11.
Se trata de un peligroso revisionismo histórico impuesto no por la Historia y por el trabajo imparcial de historiadores, sino por empujones voluntaristas de carácter y finalidad político-ideológica. Por detrás de este revisionismo se esconde un proceso de desconstrucción y parálisis de los mecanismos de defensa que una sociedad civilizada legítimamente debe tener ante la agresión terrorista.
12.
El objetivo de las rencorosas izquierdas radicales salta a la vista: se trata de inocentar, sea como sea, al comunismo; y de condenar, sea como sea, al anticomunismo.