1. Las conversaciones de "paz" ofrecidas por el gobierno colombiano a las crueles narcoguerrillas FARC, que se desarrollan en el palco ofrecido por La Habana, se parecen más a un guión del "teatro del absurdo". A las narcoguerrillas desprestigiadas y diezmadas después de décadas de crímenes, de repente le sirven en bandeja la oportunidad de un diálogo de "paz" que es diametralmente lo contrario de lo que han estado haciendo desde décadas, o sea, sembrar el odio a través de decenas de millares de secuestros y asesinatos, y promover el desmembramiento revolucionario de Colombia.

2. Se trata de un diálogo de "paz" que otorgará a los narcoguerrilleros un largo período de meses de sosiego diplomático, para que restañen heridas, se reorganicen y hagan abundante publicidad gratuita, teniendo a diposición generosos micrófonos y cámaras del mundo entero. Es un diálogo de "paz" que se lleva a cabo nada más, nada menos que en La Habana, la madriguera y refugio de todos los lobos revolucionarios latinoamericanos.

3. Que nos conste, poco o nada han explicado las autoridades de Bogotá sobre el papel de La Habana en el apadrinamiento y promoción de ese diálogo de "paz", un silencio que se transforma en una incógnita. Hace algunos meses, antes de la Cumbre de las Américas celebrada en abril pp. en Cartagena de Indias, llamó la atención el esfuerzo diplomático inusitado del presidente Santos, de Colombia, para promover la presencia de Cuba comunista en la referida reunión internacional, incluyendo un viaje a La Habana, previo a la Cumbre, para reunirse con el dictador Raúl Castro. Santos también mantuvo contactos paralelos con el presidente Chávez de Venezuela, importante sustentador financiero del régimen de La Habana. Ese inusitado esfuerzo diplomático procubano del presidente Santos, ¿habrá sido una moneda de trueque relacionada con la "paz" que se preparaba con la narcoguerrilla?

4. Las FARC no pierden tiempo y están aprovechando publicitariamente, lo más posible, la oportunidad ofrecida en bandeja por el presidente Santos. Desde el palco montado en La Habana, el jefe narcoguerrillero "Timochenko" acaba de declarar, afrontando de la manera más brutal la verdad histórica, que la paz siempre ha sido una "noble aspiración" que la narco-guerrilla colombiana supuestamente defendería "desde hace ya medio siglo".

5. En buena medida, el futuro de Colombia está en las manos de los propios colombianos, que se encuentran delante del dilema de aceptar o no los cantos de sirena de los narcoguerrilleros. Afortunadamente, hasta el momento esas conversaciones de "paz" no huelen bien para la mayoría de los colombianos, según las más recientes pesquisas de opinión divulgadas a fines de noviembre por los institutos de pesquisas Datexco e Ipsos Napoleón Franco. Los resultados de ambos institutos muestran una caída de la popularidad del presidente Santos por causa de ese inusitado diálogo incondicional con los narcoguerrilleros.

6. Cobra enorme actualidad, en este momento histórico, el libro "Colombia: nunca más bajo el imperio del caos - Un análisis de 20 años de guerra subversiva y de capitulaciones inaceptables", editado en 2007 por Tradición y Acción, que ofrecemos gratuitamente a los lectores de las Américas, en formato PDF. Ese libro muestra, paso a paso, los mecanismos de psicología social usados por las izquierdas colombianas para transformar durante años a ese país en un literal "laboratorio del caos". Un libro que es al mismo tiempo un diagnóstico y un antídoto para que esa tragedia no vuelva a repetirse.