¡Buen día! Le envío el borrador de un editorial interactivo sobre el eje Obama-Lula y aguardo su valiosa opinión, que será incluida interactivamente, dentro de lo posible, pocos minutos después que la recibamos. Se incluirán matices, se corregirán eventuales errores de concepto y de ortografía, y se añadirán sugerencias y argumentos, así como se colocarán referencias a las opiniones contrarias. Basta que presione el botón "Responder" o que escriba a alveardonoso@yahoo.es Si quiere escribir en portugués, o en inglés, o en cualquier otro idioma, puede hacerlo. Para ser retirado de la lista (un e-mail mensual) también puede escribirnos al mismo e-mail, colocando en el Asunto la palabra "Remoción". Muchas gracias. Saludos de Felipe Alvear.

1. La reciente Cumbre de las Américas, realizada el 18 y el 19 de abril pp. en Puerto España, Trinidad Tobago, sirvió para consolidar las recientes pero ya estrechas relaciones entre el presidente Obama, de los Estados Unidos, y el presidente Lula, del Brasil, de las cuales está surgiendo un nuevo y enigmático co-liderazgo continental.

2. En la Cumbre, Obama fue pródigo en apretones de manos, abrazos, sonrisas y afectuosas palabras con los líderes de la izquierda radical latinoamericana, y también se inclinó benévolo ante la dictadura comunista de Cuba, llegando a ofrecerle "un nuevo comienzo". Las escenas protagonizadas por el presidente estadounidense en Puerto España resultaron chocantes, por lo que significó en materia de caída de los naturales "muros" psicológicos de rechazo al régimen castrista y a los gobiernos autoritarios de Chávez, en Venezuela, Correa, en Ecuador y Morales, en Bolivia. Y también fueron chocantes por lo que significó de desaliento y debilitamiento para las respectivas oposiciones que en esos países se esfuerzan, bajo circunstancias sumamente adversas, para salvar las libertades, así como la identidad occidental y cristiana de sus respectivas naciones, para evitar que caigan en la vorágine del caos.

3. Pero la responsabilidad por la dilución psicológica de esos "muros" de rechazo a las izquierdas radicales no fue solamente de Obama. En efecto, según reconocieron diversos analistas, detrás de las bambalinas actuó intensamente el presidente Lula, llevando adelante una "diplomacia oculta", actuando como una "contraparte" de Obama e intentando consagrar su papel de "mediador extraoficial" entre los Estados Unidos, por un lado, y Cuba comunista en virtual alianza con el grupo de gobiernos de extrema izquierda latinoamericana, por el otro.

4. La estrecha relación entre ambos mandatarios comenzó el 14 de marzo pp., pocos días después que Obama asumiese la presidencia de su país. Lula fue el primer presidente latinoamericano recibido por el presidente de los Estados Unidos, en un gesto de deferencia indiscutiblemente importante. Para la realización del encuentro se llegó a escoger un sábado, de manera que las conversaciones entre ambos pudieran darse sin las restricciones de horarios del protocolo de los días de semana. Los elogios mutuos y la cálida relación personal establecida entre ambos mandatarios, fueron destacados por los medios de comunicación.

Poco después del encuentro presidencial, todavía en territorio estadounidense, Lula mostró públicamente sus cartas haciendo un increíble alegato en favor de Cuba comunista, afirmando que no existiría, desde el punto de vista "de la racionalidad humana", nada que impida el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre los Estados Unidos y Cuba.

En Londres, el 3 de abril pp., durante la reunión del G-20, Obama aprovechó a impulsar su co-liderazgo continental con Lula cuando dijo en una rueda de mandatarios, entre sonrisas y apretones de mano: "Aquí está mi campeón, amo a este tipo, él es el político más popular de la Tierra".

En la víspera de la Cumbre de las Américas, Obama habló por teléfono con Lula para coordinar posiciones y oír sugerencias, ante lo cual el presidente brasileño aprovechó para instarlo a ceder lo más posible con relación a Cuba comunista. Antes de subir al avión que lo conduciría a Trinidad Tobago, en entrevista a la cadena de televisión CNN, Obama resaltó su estrecha colaboración con Lula como un ejemplo de la "nueva era" que se abría entre Estados Unidos y América Latina.

5. La pregunta ineludible es hacia dónde podrá conducir a América Latina este "eje" político establecido entre Obama y Lula. Los primeros resultados, a juzgar por lo que ocurrió durante la Cumbre de las Américas, son preocupantes.

Obama, en su política hacia América Latina, lamentablemente parece haber escogido caminos desacertados, que no auguran cosas buenas: el acercamiento con los líderes más radicales de la izquierda y la confianza en los buenos oficios de un "moderado útil", el presidente Lula, quien, tal como lo hemos mostrado en numerosos editoriales, se dedica a colocar paños tibios en torno de los desmanes de esos líderes radicales, así como a amortiguar las reacciones de las respectivas oposiciones políticas y a desalentarlas. ¿Estaremos presenciando una reedición de viejas políticas de ceder para no perder?

6. Además de lo anterior, llama la atención la apatía y hasta la indiferencia con que sectores de centro y derecha de la opinión latinoamericana, estadounidense y del propio exilio de Miami van acompañando esas gigantescas transformaciones, rotaciones y contradicciones políticas en nivel continental, sin que se levanten clamores o, por lo menos, reacciones a la altura.

Ciertos hechos ocurridos en la propia Cumbre de las Américas sirven para ilustrar la dimensión de esa apatía. Por ejemplo, durante el evento varios de los 35 gobernantes hablaron contra el "embargo" externo estadounidense sin referirse, siquiera de pasada, a la causa del problema, que es el "embargo" interno del régimen comunista que ya lleva medio siglo. Pues bien, no hubo siquiera un mandatario que pusiera los puntos sobre las íes. La Cumbre de las Américas, en su conjunto, colaboró de esa manera con un terrible "embargo externo" del que muy pocos hablan, que es la negación de la solidaridad moral y de la compasión cristiana con relación a 12 millones de hermanos cubanos, desdichadas víctimas del comunismo desde hace 50 años.

En esos mismos días de la Cumbre, Fidel Castro escribió que las concesiones de Obama eran insuficientes, porque el problema central sería el "embargo cruel" estadounidense, y pocos en América Latina se levantaron para recordar que Castro debería ver la viga en su propio ojo, porque su régimen es el ejemplo vivo de las mayores crueldades en Cuba y también en el continente, a través de los movimientos guerrilleros inspirados y entrenados por La Habana.

7. Es difícil entender cómo todo esto puede estar ocurriendo sin que se levante un proporcionado clamor de indignación. Destaque Internacional ha abordado los problemas de la apatía y de las anestesias psicológicas colectivas que están afectando a vastos sectores dirigentes y de la población. Un estudio recientemente publicado en la edición digital de las Actas de la Academia Nacional de Ciencias, de los Estados Unidos (PNAS), traza una interesante relación entre la velocidad con que los medios digitales trasmiten los numerosos acontecimientos contemporáneos, y la apatía y falta de compasión que produce la incapacidad de digerir esa vorágine de acontecimientos. Identificar y caracterizar los fenómenos de apatía, indiferencia y anestesia psicológica ya es medio camino andado para encontrar sus causas y revertirlo.

* Lula: tragedia cubana, "racionalidad humana" y anestesia latinoamericana

* Dilema estadounidense: obamización, crisis de confianza y auténtico resurgimiento

* América Latina: "eje de la moderación", deslizamiento gradual y anestesias

* El "método Lula" de resolución de conflictos: ¿a quién favorece?

* Chávez y su aliado Lula, el "anestesista general"

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Gracias por su interés.