Destaque Internacional - Informes de Coyuntura - Año XI - No. 260 - San José - 22 de octubre de 2008 - Responsable: Javier González.

1. El candidato presidencial Barack Obama ha desatado una fuerte ofensiva electoral en la Florida, calificada de "feroz" según agencias internacionales citadas por el diario La Nación, de Buenos Aires. Obama envió a cinco de sus principales asesores políticos a la Florida con la misión de asegurar la victoria de ese candidato en un Estado políticamente estratégico en las elecciones presidenciales.

2. La preocupación de Obama se justifica por el historial decisivo que la Florida ha tenido en las dos últimas elecciones presidenciales. Esa preocupación es compartida por dirigentes de izquierda en América Latina y el Caribe, que no han disimulado sus expectativas en la victoria de ese candidato, que los dejaría con las manos más libres para actuar en la región.

3. En 2000, pocos meses antes de las elecciones presidenciales, el presidente Clinton envió de vuelta a Cuba, de una manera al mismo tiempo brutal y sintomática de su política exterior concesiva, al balserito Elián González. Los Estados Unidos se estremecieron, pero el epicentro de ese estremecimiento fue la Florida, donde reside más de un millón de cubanoamericanos. Las elecciones nacionales se definieron precisamente en la Florida y el candidato demócrata, Al Gore, perdió por unas pocas centenas de votos ante el entonces candidato George Bush, quien obtuvo de esa manera su primer mandato. El propio Clinton reconoció que el caso del balserito Elián González fue decisivo para esa derrota demócrata.

4. En 2004, en el resultado de las elecciones presidenciales también resultó decisivo el Estado de la Florida, aunque en esa ocasión la diferencia en favor del candidato republicano fue bastante más holgada, con un margen de 381 mil votos.

5. En 2008, los obamistas reconocen que la Florida también será decisiva.

Según los últimos sondeos, la ventaja que hace algunas semanas tenía el republicano John McCain en la Florida se ha reducido considerablemente, y una pesquisa de CNN llegó a dar cierta ventaja al candidato demócrata. Aún así, la incertidumbre permanece. Según Matthew Corrigan, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad del Norte de la Florida, resulta difícil hacer encuestas en Florida, donde en 2000 varios institutos de opinión pública declararon ganador a Al Gore sobre la base de consultas a boca de urna, y luego tuvieron que retractarse.

6. No obstante, lo que está en juego en estas elecciones no es simplemente una pugna bipartidista. La comunidad cubanoamericana tiene, nuevamente, una enorme responsabilidad histórica delante de los Estados Unidos, Cuba, América Latina y el mundo. Se trata de una responsabilidad que se ve aumentada ante las circunstancias inéditas de inestabilidad económica e institucional por las que atraviesan los Estados Unidos y la comunidad internacional. No es sabio ni recomendable en momentos como este dar un salto político en la oscuridad, para decir lo menos, como sería un gobierno obamista. Es lo que mostró, por ejemplo, el ex preso político cubano y ex embajador estadounidense ante la ONU, Armando Valladares, en reciente artículo "Obama Presidente" (Diario Las Américas, Oct. 04, 2008).

7. Obama ya anunció que en el caso de una victoria suya, está dispuesto a dialogar sin condiciones previas con el gobierno autoritario de Venezuela y con el régimen dictatorial de Cuba. El candidato demócrata se acoplaría fácilmente a la nueva posición concesiva de la Unión Europea con relación a Cuba, encabezada por Francia y España, que tuvo el lamentable impulso de la diplomacia vaticana, según reconoció el canciller español Angel Moratinos ante las Cortes españolas. La UE acaba de recibir con toda cordialidad al canciller cubano, Pérez Roque, a pesar de que éste, antes de su encuentro con los representantes de la UE, tuvo el descaro de declarar que en Cuba no existen presos políticos.

8. Los cubanoamericanos y los latinoamericanos residentes en la Florida tienen que pedir la inspiración de la Providencia y hacer todos los esfuerzos publicitarios que estén en sus manos para evitar una victoria de Obama. Ello constituirá un acto de agradecimiento al país que los acogió. En el caso de los cubanoamericanos, se trata también de una obligación moral con la causa de la libertad de Cuba.