Destaque Internacional - Informes de Coyuntura - Año XI - No. 25 - San José - 20 de octubre de 2008 - Responsable: Javier González.
Dilema estadounidense: obamización, crisis de confianza y auténtico resurgimiento
Se trata de una situación tal vez inédita en la historia de esa importante nación, que representa un riesgo psicológico no pequeño, pero que constituye una ocasión para corregir rumbos que permitan un resurgimiento de lo mejor del espíritu nacional
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El próximo 4 de noviembre los estadounidenses escogerán un nuevo presidente en una coyuntura muy especial, causada por la crisis económica que sacude fundamentos de estabilidad, prosperidad y optimismo que parecían a prueba de tormentas.2.
Según el más reciente Índice Reuters/Zogby, que mide periódicamente el estado de espíritu predominante en ese país, los estadounidenses ahora se sienten mucho más pesimistas no solamente respecto de sus finanzas personales, sino que se ha deteriorado en ellos la fe pública en las instituciones del país, en su liderazgo internacional y en el propio futuro de esa nación."Podemos afirmar con seguridad que se trata de la peor crisis de confianza surgida en el país desde 1932", dijo el especialista en pesquisas John Zogby, que comparó el actual estado de espíritu abatido de sectores importantes de estadounidenses con el que se verificó en los primeros años de la Gran Depresión. "Las personas sienten como si nada estuviese funcionando en los Estados Unidos, sean el presidente, el Congreso o las empresas", concluyó Zogby.
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Se trata de un cambio brusco de mentalidad en los Estados Unidos, cuyo sentido y cuya profundidad aún no se conocen enteramente. Tampoco se sabe cuánto tiempo podrá durar esa coyuntura. Se trata de una situación tal vez inédita en la historia de esa importante nación, que por un lado representa un riesgo psicológico no pequeño, pero que por otro lado constituye una ocasión no despreciable para templar el ánimo y para lealmente corregir rumbos que permitan un auténtico resurgimiento de lo mejor del espíritu nacional y de su capacidad de liderazgo internacional.4.
Delante de la crisis que se desata con inusitada fuerza, se explica que las personas exterioricen el golpe no sólo financiero sino también psicológico que han recibido. No obstante, existe el riesgo de que las personas se dejen abatir si los lideres religiosos, sociales, políticos e intelectuales de esa nación se dejan estar y a lo sumo se limitan a trazar planes, pero no estimulan a las fuerzas vivas de esa nación para enfrentar los problemas a la altura de las circunstancias y sacar las lecciones de esta crisis.Es fundamental conocer la disposición de espíritu del estadounidense común para intentar sobreponerse a los actuales reveses. No menos fundamental es saber si las elites estadounidenses están dispuestas a liderar ese resurgimiento o a abandonar al país a su propia suerte. La existencia o no de esa disposición para sobreponerse a los problemas constituye un punto especialmente importante en un país en el cual el patriotismo y el ánimo para enfrentar la adversidad siempre tuvieron un papel fundamental.
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Por lo tanto, es absolutamente necesario y urgente que sectores influyentes y representativos de los auténticos anhelos de ese país lideren una recuperación del temple moral de los estadounidenses, que les permita resistir, sobreponerse y vencer los desafíos. Si esa reacción no se da, el estado de espíritu depresivo podrá contribuir a un amenguamiento del natural liderazgo internacional de los Estados Unidos, y a un consecuente vacío mundial de poder, que dejará el camino abierto para planes de dominación poco disimulados de países como China y Rusia, y que en América Latina dará aliento a todo tipo de izquierdas, sean clásicas o postmodernas.6.
Otra pregunta ineludible, que podrá ser motivo de un editorial específico, dice respecto a la evolución de esa crisis de confianza estadounidense en el caso de que se produzca una eventual victoria del candidato presidencial Barack Obama, colocado hacia la izquierda del otro candidato, John McCain. Una eventual obamización de los Estados Unidos es un desafío que se suma a los anteriormente analizados, con consecuencias enormes no solamente para los Estados Unidos sino para las Américas en general, y para el mundo entero.7.
La actitud de espíritu realista parece ser la posición correcta, más allá de optimismos y de pesimismos exagerados, que respectivamente ven las cosas a través de cristales de colores bonitos o de cristales grises, con lo cual unos y otros pierden la visión de los matices que suelen ser fundamentales. Por fin, ese realismo no sería auténtico realismo si no se fundamenta en un espíritu de fe y en una adhesión sincera a los principios perennes de la civilización cristiana, hoy tan despreciada, subestimada y ridiculizada, pero cada vez más actual como brújula indispensable para navegar en mares tempestuosos.