1. En América Latina se ha ido configurando, cada vez más, un "eje de la moderación" de centro izquierda, integrado por actuales gobernantes y por un mandatario recién electo que, con palabras, acciones y omisiones contribuyen a fortalecer a los gobiernos y grupos de izquierda más radicales, así como a anestesiar las sanas reacciones en sus respectivos países.

2. El "moderado" presidente del Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, mantuvo con relación a las FARC una política ambigua, para decir lo mínimo, según destacaron analistas brasileños cuando se produjo la reciente liberación de Ingrid Betancourt y de otros 14 secuestrados colombianos. Esos analistas recordaron que Lula nunca quiso reconocer el carácter terrorista de los crueles narco-guerrilleros colombianos, trató con la máxima discreción sus invasiones territoriales y llegó a ofrecer a su país como un terreno "neutral" de eventuales conversaciones entre las FARC y el gobierno colombiano. Su primera actitud cuando se produjo la liberación de Betancourt fue emitir una nota en la cual llama a la "reconciliación entre todos los colombianos", en momentos en que la guerrilla atraviesa una situación especialmente difícil, y la apertura de negociaciones en este momento le daría tiempo para restañar sus heridas.

A fines de junio, el presidente Lula tuvo un nuevo encuentro con el presidente Hugo Chávez, de Venezuela, con quien firmó 21 acuerdos comerciales. La reunión fue ocasión para que ambos mandatarios intercambiaran elogios mutuos y reconocieran que sus relaciones están "en un nivel óptimo, como nunca estuvieron antes en nuestra historia". Ese apoyo diplomático de Lula ha contribuido a dar un decisivo aliento internacional a Chávez, en momentos en que éste enfrenta una situación de desprestigio. El apoyo del mandatario brasileño también ha sido decisivo en las graves crisis por las que ha pasado el gobierno venezolano, lo que ha contribuido a menguar las fuerzas psicológicas de la oposición interna de ese país, que con tanta razón denuncia la creciente falta de libertad.

Además de la benevolencia con las FARC y con Chávez, está el apoyo del gobierno brasileño al régimen comunista de La Habana. En ese sentido, el canciller brasileño Celso Amorim, en visita oficial de dos días a La Habana, dijo que el gobierno brasileño quiere transformarse en el "socio número uno" del régimen comunista.

3. Por su parte, el "moderado" presidente del Uruguay, Tabaré Vázquez, desde que asumió el poder está llevando adelante un gobierno con perfil de centro izquierda. No obstante, en su reciente viaje a La Habana, encabezando una nutrida delegación gubernamental y empresarial, tuvo gestos y palabras amables para con la dictadura cubana y se negó terminantemente a recibir a representantes de la oposición cubana, la cual días después de esa visita recibiría un duro golpe represivo, con la detención de varios opositores. Recuérdese que la primera medida de política externa del presidente Vázquez, cuando asumió la presidencia, fue el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba comunista. Esa conducta en el campo diplomático es un ejemplo característico de un líder "moderado" de izquierda que contribuye a hacer el juego político de los radicales comunistas.

4. En la misma línea, el "moderado" presidente electo del Paraguay, el obispo católico Fernando Lugo, durante su campaña electoral rectificó posturas extremadas anteriores, asumió un leve perfil izquierdista y negó que fuese a seguir la línea extremada del presidente venezolano, Hugo Chávez, o la de su vecino, el presidente boliviano Evo Morales. No obstante, para su primera gira como presidente electo sintomáticamente escogió a Bolivia, Ecuador y Venezuela, países cuyos mandatarios son actualmente las figuras más activas de la izquierda radical latinoamericana. En declaraciones efectuadas en la ciudad de La Paz, después de reunirse con Evo Morales, en tono tranquilizador negó la existencia en América Latina de un "eje del mal" integrado por gobiernos de extrema izquierda.

5. El "eje de la moderación" latinoamericano podría verse reforzado en el caso de que el candidato presidencial norteamericano Barack Obama gane las elecciones de noviembre en los Estados Unidos. En entrevista al periódico chileno El Mercurio, Obama anunció que si es electo presidente impulsará un "diálogo" con Cuba castrista y también con la Venezuela de Chávez, a quien calificó de manera minimalista como un tipo de amenaza "administrable". Si se confirman esos anuncios, Obama podrá constituir un respaldo al referido "eje de la moderación" latinoamericano, que está dando carta de ciudadanía a los mandatarios y movimientos de la izquierda latinoamericana más extremada, y poniendo paños tibios sobre las reacciones que éstos suscitan.

6. En ese contexto, fueron particularmente sorprendentes las revelaciones del canciller español Miguel Angel Moratinos, convocado a las Cortes españolas para explicar por qué razón su gobierno impulsó en el seno de la Unión Europea el reciente levantamiento de las sanciones a Cuba comunista, en momentos en que el régimen, a pesar de medidas aparentemente liberalizadoras en materia económica, continúa asfixiando las libertades políticas y religiosas. Moratinos se justificó alegando que el Vaticano le había trasmitido que la posición española de suspender las sanciones a Cuba comunista era "lo adecuado"; y reconoció lisa y llanamente que representantes de la Santa Sede "intervinieron para que otros países europeos nos apoyasen en el levantamiento de las sanciones". De esa manera, la diplomacia vaticana, con gestiones que refuerzan los objetivos del "eje de la moderación" latinoamericana, colocó su influencia para beneficiar a Cuba comunista y a las fuerzas radicales que la apoyan en el continente.

7. Para la opinión pública en general, no es difícil percibir el daño que en las Américas producen gobernantes y fuerzas políticas de extrema izquierda. Pero es bastante más difícil percibir el daño político y psicológico causado por las actitudes contemporizadoras y conniventes de los "moderados" de izquierda, que favorecen un deslizamiento gradual, anestésico y sin sobresaltos del continente hacia posiciones más radicales.

El tema del "eje de la moderación" es uno de los más importantes, del punto de vista de la supervivencia de las libertades en el continente y, al mismo tiempo, uno de los menos analizados por los observadores políticos. Si Lenin viviera en nuestros días, más que hablar de "tontos-útiles", tal vez prefiriese hablar de "moderados-útiles", indiscutiblemente útiles para el favorecimiento del juego político analizado en este editorial.

8. Este editorial ya estaba redactado cuando ocurrió la liberación de los rehenes en Colombia, un hecho que significó un revés político y psicológico enorme para las FARC y para todos quienes directa o indirectamente la han apoyado o han intentado justificarla. Revés de la narco-guerrilla que significa también un estímulo al pueblo colombiano, que heroicamente ha resistido durante décadas a embates narcoguerrilleros de una crueldad y violencia tal vez sin precedentes en el continente. Por razones de espacio, no es posible abordar en profundidad este tema en el presente editorial. Dejamos a la perspicacia del lector observar de qué manera representantes del "eje de la moderación" ya está moviendo sus fichas para poner paños tibios sobre esa reciente derrota de las FARC, y para opacar el mérito de la resistencia del pueblo colombiano.

9. Editoriales anteriores relacionados:

* Chávez y su aliado Lula, el "anestesista general"

http://www.cubdest.org/0706/c0706lulaanest.html

* Lula: ¿ "moderado-útil" al servicio de Chávez?

http://www.cubdest.org/0612/c0611chalu.html

* El "método Lula" de resolución de conflictos: ¿a quién favorece?

http://www.cubdest.org/0706/c0704lula.html