Roberto Higueras, estudiante de Derecho; Bogotá, 25 de diciembre de 2007

E-mail: ColombiaAutentica@yahoo.es

En Colombia, en esta Navidad, las Farc continúan jugando cruelmente con la esperanza de centenas de secuestrados, de sus familiares, del pueblo colombiano y de millones de personas en el mundo entero.

Las Farc han secuestrado en los últimos 40 años a miles de personas, algunas de ellas prisioneras desde hace 10 años, en campos de concentración que son una vergüenza humana. Las Farc torturan a los secuestrados de una manera inclemente, los mantienen encadenados en lo más profundo de las selvas y a muchos los asesinan salvajemente, pese a lo cual siguen cobrando dinero por sus rescates.

Ahora, para mejorar su imagen internacional, las Farc anuncian la liberación de tres secuestrados, que serán entregados a su aliado, el presidente Chávez, de Venezuela, tratando de mejorar también la imagen internacional de éste.

En realidad, las Farc tienen la obligación histórica de liberar a todos los secuestrados, sin condiciones.

Ha causado expectativa la mediación del presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, y muchos esperan que culmine con la liberación de todas las personas secuestradas por los terroristas. No obstante, en 40 años de lucha subversiva y múltiples "negociaciones de paz", las Farc nunca cumplieron ningún acuerdo firmado.

Tradición y Acción, de Colombia, ha enviado al presidente Sarkozy una carta abierta junto con un Informe que describe la tragedia que vivió Colombia durante los últimos años.

Si desea leer ese Informe, titulado "Colombia: nunca más bajo el imperio del caos", cliquee en http://www.cubdest.org/libros/LibroColombia.rtf (en formato Word/RTF) o en http://www.cubdest.org/libros/LibroColombia.doc (en formato Word simple).

Para leer la carta al presidente Sarkozy, con una presentación del Informe, cliquee en el link http://www.colombia-autentica.org/CartaSarkozy.htm o cliquee simplemente en el link http://www.colombia-autentica.org

En esta Navidad, no se olvide de elevar una oración o plegaria a Dios por los secuestrados colombianos, en poder de la cruel guerrilla, y por sus familiares, muchos de ellos, ancianos y niños.