Destaque Internacional - Informes de Coyuntura
- Año VII - No. 176 - Buenos Aires / Madrid - Septiembre 22, 2005 - Responsable: Javier González.-Brasil: ¿Desarmando a los delincuentes o a las personas de bien?
Que prevalezca el sentido común y, en el próximo plebiscito del 23 de octubre sobre la prohibición de venta de armas, los brasileños tengan presente que si las armas registradas de los particulares quedan fuera de la ley, solamente quedarán armados los particulares que están fuera de la ley
1.
El próximo día 23 de octubre habrá en Brasil un plebiscito sobre la prohibición o no de la venta de armas y municiones a particulares. Es el primer plebiscito en el mundo que se realiza a ese respecto. En 2003 ya había sido aprobado el llamado Estatuto del Desarme (Ley 10.826 del 23 de diciembre de ese año) que prohibió el porte de armas a personas comunes, aún cuando dichas armas estuvieran debidamente registradas ante las autoridades, y aumentó considerablemente los obstáculos para la tenencia de armas en las residencias.2.
Las autoridades brasileñas alegan que con estas prohibiciones se disminuirán los altísimos índices de muertes por armas de fuego, que bordean los 40 mil anuales. Pero voces autorizadas, con estadísticas y sentido común en manos, responden que la gran mayoría de esos crímenes se produce con armas ilegales, y no con armas registradas.Por lo tanto, el Estatuto del Desarme y la opción plebiscitaria que prohibe la comercialización de armas y municiones podrán obtener como triste resultado desarmar a las personas de bien, dejándolas a merced de los bandidos, asaltantes, violadores y narcotraficantes, que continuarán armados simplemente porque no usan armas registradas, ni tienen domicilio conocido y la Ley poco les importa. Además, ante el fracaso del Estado en materia de seguridad pública, los bandidos se sentirán como lobos en el gallinero.
3.
Se calcula que existen en Brasil 20 millones de armas ilegales -robadas o contrabandeadas- y 2 millones de armas debidamente registradas. Lo que las autoridades deberían hacer es empeñarse en dar seguridad a la población y en recuperar las armas ilegales, no en impedir la tenencia de las legales.En los últimos años ha ido en aumento la inseguridad en ese gigantesco e importante país sudamericano, con un creciente poder de los narcotraficantes brasileños que han llegado a establecer alianzas con narco-guerrilleros de las FARC colombianas y con las llamadas "mafias" coreana y nigeriana, que comenzaron a actuar en grandes ciudades brasileñas, caracterizándose por su extrema crueldad. Las propias cárceles brasileñas se han transformado en verdaderas "escuelas" y "estados mayores" del crimen.
Como si esto fuera poco, han surgido en los últimos años organizaciones no-gubernamentales (ONGs), financiadas desde el exterior y que defienden los derechos de los criminales, prestándoles asesoría jurídica para que puedan escapar de la Justicia u obtener las menores penas posibles. Es del caso constatar que las izquierdas brasileñas, inclusive aquellas ligadas a sectores eclesiásticos, macizamente, defienden la prohibición de las armas legales. El pro-cubano Movimiento Sin Tierra (MST), responsable por buena parte de las invasiones rurales y la violencia en el campo, acaba de adherir a la opción plebiscitaria por la prohibición de venta de armas y municiones, que en caso de triunfar los hará sentirse como el lobo en el gallinero.
4.
Los gravísimos problemas de seguridad pública, reiteramos, no se resuelven con el desarme de las personas de bien. Tampoco se puede olvidar que las causas profundas de la violencia están principalmente en la crisis moral y, por lo tanto, religiosa que afecta a la sociedad, a la familia, a las instituciones públicas, educacionales, eclesiásticas, etc., más que en causas económicas.5.
Las estadísticas internacionales muestran que no existe una relación entre los índices de asesinatos y los de residencias con armas de fuego. En Brasil se producen 27 homicidios por cada 100 mil habitantes, y el porcentaje de residencias con armas registradas es del 3,5%. En cambio en Estados Unidos, se producen 6 homicidios por cada 100 mil habitantes (4,5 veces menos) y el porcentaje de hogares con armas de fuego es de 52% (catorce veces más). En Italia, 2 homicidios por cada 100 mil habitantes (13 veces menos) y 17 % de hogares con armas de fuego registradas (4 veces más). Y así se podrían detallar, en el mismo sentido, lo que ocurre en numerosos otros países.6.
Deseamos que en Brasil, en el próximo plebiscito del 23 de octubre, prevalezca el sentido común, y los votantes tengan bien presente que si las armas de las personas particulares quedan fuera de la ley, solamente los particulares que están fuera de la ley tendrán armas.---
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