Año V - No. 106 (resumen) - Buenos Aires-Madrid, 18 de julio de 2003

En América Latina, el gobierno norteamericano continúa enfrentando - talvez sin percibirlo, o sin desear reconocerlo públicamente - una literal "guerra de guerrillas" política, análoga a la que enfrenta en Irak en el terreno militar.

Entre sus líderes semi declarados -- como corresponde a una "guerra de guerrillas" política -- están los presidentes Lula, de Brasil, y Kirchner, de Argentina. Al mismo tiempo, de una manera declaradamente hostil, se mueven las diplomacias cubanas y venezolana; la primera de las cuales con persistente influencia en muchos países de la región, a pesar de que el "wishful thinking" de algunos observadores la presenten como aislada y con menor influencia.

La noticia divulgada en Buenos Aires de que la próxima cumbre del Mercosur, a efectuarse el 14 de agosto, contaría con la presencia del dictador cubano Fidel Castro y del presidente venezolano Hugo Chávez, ha tomado de sorpresa a no pocos "latinoamericanistas" del país del Norte (Urgente 24, Buenos Aires, Jul. 17, 2003). Es éste un episodio característico de una "guerra de guerrillas" que, junto con un rostro abiertamente hostil (Chávez-Castro), muestra otro rostro que alterna entre la hostilidad y la simpatía (Lula-Kirchner), consiguiendo crear falsas ilusiones en ciertos diplomáticos norteamericanos.

Un ejemplo de esas lamentables ilusiones es el de la embajadora norteamericana en Brasilia, Donna Hrinak, quien hace una semana atrás llegó a decir que el presidente Lula debe ser el líder de América Latina (La Nación, Buenos Aires, Jul. 11, 2003). A la vista de ello, no cabe duda que las "bajas" norteamericanas en América Latina parecen estar siendo provocadas no sólo por los adversarios declarados y semi-declarados, sino también por "fuego amigo". Es un tipo de error de cálculo que debe ser subsanado, porque con ello sólo ganan las izquierdas.

En este sentido, despierta interrogaciones el hecho de que la prensa de Washington no haya informado sobre los ataques verbales del presidente Lula a los Estados Unidos y sobre su intento de justificar injustificables actitudes de Cuba comunista, durante su reciente visita a Londres.

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