Oct. 31, 2003: Diario Las Américas, Miami (FL)
Destaque Internacional - Informes de Coyuntura
Año V - No. 113 - Buenos Aires, Oct. 23, 2003.-
Bolivia, indigenismo y vasos comunicantes
En Bolivia, las recientes sublevaciones indígenas que provocaron la caída del gobierno del ex presidente Sánchez de Lozada fueron presentadas por ciertos medios de comunicación como aparentemente espontáneas y sin motivaciones ideológicas. Sin embargo, esas movilizaciones dejaron al descubierto vasos comunicantes a través de los cuales se va esparciendo un "gas" revolucionario desde esa región andina hasta América Latina entera.
Evo Morales, uno de los líderes de las agitaciones en Bolivia -dirigente del Movimiento al Socialismo (MAS) y de los productores de coca- ha dejado claro su objetivo político al afirmar que "en América Latina tenemos que construir muchas Cubas". Además de inspirarse en Cuba comunista para el modelo de supuesta "democracia participativa" que propone para los bolivianos, Morales añadió que toma elementos de la "revolución bolivariana" del presidente venezolano Hugo Chávez y también del gobierno del presidente brasileño Lula da Silva.
Morales acaba de anunciar a la agencia EFE que en el marco de la próxima Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado -que se efectuará a mediados de noviembre en la ciudad boliviana de Santa Cruz de la Sierra- tiene la intención de organizar una cumbre paralela con el dictador Castro y los presidentes Chávez y Lula, que serían convidados a participar en multitudinarias manifestaciones de indígenas, campesinos y movimientos de izquierda. Entre otras exigencias demagógicas, se exigiría al presidente español Aznar compensaciones por "los daños que han hecho los españoles durante 500 años".
Para completar el explosivo "cocktail" ideológico del cual Evo Morales no es sino una cabeza visible, deben mencionarse sus estrechos vínculos con redes revolucionarias que integran el Foro Social Mundial de Porto Alegre, así como su anunciada participación en el próximo Foro Social Brasileño, que se efectuará en noviembre.
El mencionado dirigente indigenista boliviano es íntimo amigo del presidente venezolano Chávez, quien en abril pp. lo recibió en el palacio de Miraflores junto a otros dirigentes indígenas de Ecuador y Honduras, donde sellaron un "pacto por la revolución bolivariana". Este pacto revolucionario no se limita a los movimientos indígenas. Según lo anunció Chávez en su reciente visita a Argentina -por ocasión de la toma de posesión del nuevo presidente de ese país- dicha alianza no sólo debe agrupar a organizaciones campesinas e indígenas como las lideradas por Evo Morales y Felipe Quispe en Bolivia, por el movimiento Pachacutek de Ecuador, etc., sino también al Movimiento Sin Tierra de Brasil, a los "piqueteros" argentinos y a otras organizaciones del género que han ido surgiendo en el continente.
Como acaba de observar el periodista Alberto Garrido, de El Universal, de Caracas, el proceso de "andinización revolucionaria" -que incluye a Venezuela, a Bolivia y a las regiones dominadas por los narco-guerrilleros colombianos, con ramificaciones en Perú, Ecuador, Argentina y Brasil- va avanzando a pasos acelerados y no debe ser subestimado.
La utilización de los indígenas latinoamericanos como carne de cañón es un viejo sueño de los revolucionarios latinoamericanos. Martha Harnecker -una intelectual chilena oriunda de la izquierda católica, que vive en Cuba desde el comienzo de la revolución, estrecha asesora de Fidel Castro y activa participante del Foro Social Mundial- ya lo reconoció hace más de una década en su libro "Estudiantes, cristianos e indígenas en la Revolución", cuando abrió los ojos de "las vanguardias latinoamericanas acerca de la importancia política que representan los grupos indígenas y minorías étnicas para las futuras revoluciones del continente" (Siglo XXI Editores, México, 1987). La Eco 92 Alternativa, efectuada en 1992 en Rio de Janeiro, selló un pacto rojo-indigenista-ecológico, renovado a partir del 2001 cuando se fundó el Foro Social Mundial.
Buena parte de la fuerza publicitaria de los movimientos revolucionarios latinoamericanos ha radicado en presentarse como espontáneos y sinceramente interesados en ayudar a los pobres, a los indígenas, a los campesinos y a los desposeídos. Mostrar sus reales metas comuno-anárquicas y los vasos comunicantes que los unen puede contribuir a neutralizar buena parte de esa fuerza político-publicitaria.