Junho 24, 2002: agencia CubDest
El gobierno cubano me impide conocer a mi hijo
Pero ese cruel "castigo" no podrá hacerme renunciar al sagrado derecho de abrazar y besar a Juan Paolo, de más de 3 años, ni tampoco quitarme, con un "diktat", el derecho de entrar y salir libremente de mi país
De: Dr. Juan López Linares, post-doctorando, Instituto de Física, Unicamp (SP), Brasil
Ref.: Quiero conocer a mi hijo Juan Paolo, de más de 3 años, besarlo y abrazarlo por la primera vez, pero el gobierno cubano me lo impide.
Para: Colegas universitarios, autoridades civiles, religiosas, políticas y sindicales, entidades de derechos humanos, brasileños y brasileñas de buena voluntad, y hermanos cubanos e iberoamericanos
Estimados amigos:
1.- Mi nombre es Juan López Linares. Nací en la Isla de la Juventud, al sudeste de la isla de Cuba, hace 31 años.
Soy doctor en Física por la Universidad Federal de São Carlos (UFSCar), y curso actualmente un post-doctorado en la Universidad de Campinas (Unicamp), ambas en el estado de São Paulo, en Brasil.
Tengo en Cuba un hijo de más de 3 años, Juan Paolo López Fiallo, a quien no conozco pues el gobierno cubano me impide de hacerlo.
2.- Esa separación es el más cruel "castigo" que pueden infringir a un padre. Y se debe a que soy considerado por el gobierno cubano como un "desertor" y hasta un "traidor" por el simple hecho de haber optado por estudiar en este gran y acogedor Brasil, en el cual dos conceptuadas universidades, y la Fapesp (órgano brasileño de amparo a las investigaciones científicas), me han dado generosamente la posibilidad de una mayor realización profesional.
3.- En el 2000, el 2001 y el 2002 hice todos los trámites posibles e imaginables ante las autoridades consulares cubanas en Brasil, para poder volver temporalmente a Cuba, pagando, inclusive, onerosas tarifas consulares en el consulado de Cuba en São Paulo. Poseo, y pongo a disposición de los interesados, la documentación pertinente.
Pero esa autorización de entrada a Cuba fue negada, siempre verbalmente, sin haber recibido ningún documento escrito que justificase los motivos de esas negativas.
Agotados todos los recursos consulares a mi alcance, dicha situación me lleva a no poder mantenerla por más tiempo en el plano estrictamente particular, como yo hubiera deseado, y a denunciarla públicamente.
El 4 de junio pp. un funcionario no identificado del consulado de Cuba en São Paulo (tel. 55-11-3873 4537), al ser interrogado por un periodista del "Correo Popular", de Campinas, dio el caso por "cerrado", añadiendo que "no daría entrevistas sobre el asunto".
4.- ¿Cómo podría mi dilacerado corazón de padre aceptar que esa injusticia flagrante sea un "caso cerrado"? ¿Por ventura podría esa declaración arrancarme el inviolable derecho de conocer a mi hijo, y de entrar y salir libremente de mi país de origen? Pienso que ningún padre y ninguna madre se resignarían delante de tamaña injusticia.
No es el actual gobierno cubano, ni el "diktat" de ningún funcionario consular cubano, que podrán extirpar ese sagrado derecho.
5.- Cuba es el único país del Hemisferio que prohibe a sus ciudadanos de entrar y salir libremente de su propia Patria. La Constitución cubana de 1940, al igual que la mayoría de las actuales constituciones del mundo entero, tenía un artículo que garantizaba ese derecho de entrar y salir del país. Pero la actual Constitución cubana eliminó ese artículo. Ese derecho no existe actualmente para los cubanos.
Se configura de esa manera una situación incomprensible, inhumana, y que va mucho más allá de mi drama personal, pues es el drama que afecta a millones de mis compatriotas.
Sí, es una situación incomprensible, que viola frontalmente el art. 13 (2) de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que expresa que "toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país".
Cualquier brasileño y cualquier ciudadano de las Américas tiene la libertad de salir y volver libremente a su país, cuando pueda o cuando desee hacerlo, casi con la misma naturalidad con que respira, sin tener que dar explicaciones a su gobierno.
Porque es de derecho natural y de sentido común que cada persona pueda atravesar libremente las fronteras de su propio país. De lo contrario, se sentiría como si estuviese en una cárcel. En el caso de mis hermanos cubanos, es propiamente sentirse en una isla-cárcel, por lo menos bajo ese aspecto fundamental y sin necesidad de entrar en otros aspectos.
(El punto que sigue es muy importante)
6.- Concretamente, ¿qué es lo que deseo? ¿Y qué es lo que mi corazón de padre y de cubano espera de Vds.? ¿De qué manera me pueden ayudar?
Lo que deseo para mí, de manera concreta y específica, es que las autoridades cubanas me permitan ingresar temporalmente a Cuba, dando las necesarias garantías de que se respetará mi derecho de retornar a Brasil.
Lo que deseo de todos Vds. es, en primer lugar, vuestra comprensión y atención hacia este drama familiar.
También, que Vds., con sus relaciones y contactos, hagan gestiones:
* ante las autoridades civiles, más específicamente ante la cancillería brasileña y las demás cancillerías iberoamericanas, para que exijan al gobierno cubano que se haga justicia en mi caso y que éste cumpla, en relación a todos los ciudadanos cubanos, el art. 13 (2) de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre;
* delante de las autoridades religiosas y de los líderes políticos y sociales de las Américas, así como de entidades internacionales de derechos humanos, para que no permanezcan indiferentes y colaboren de manera que estos hechos deplorables sean denunciados en el mundo entero;
* ante la embajada de Cuba en Brasilia y de su consulado en São Paulo, para que ellos otorguen, con las debidas garantías de que podré salir libremente de Cuba, esa autorización que solicito;
* en todas las representaciones diplomáticas cubanas en sus respectivos países, presentando formales protestas y reclamos;
* y junto a los medios de comunicación, para que éstos cumplan con su importante e irrenunciable función social de informar.
7.- Querría manifestar finalmente que a mi modo de ver este esfuerzo no pequeño, para lo cual les solicito vuestro máximo empeño, sería razonable aún cuando fuese para remediar una única injusticia, la de un único padre o una única madre en el mundo que estuvieran separados forzadamente de sus hijos. Pero, tal como manifesté, es este un serio problema que divide, dilacera y desgarra a incontables familias cubanas.
Agradezco anticipadamente a todos aquellos que, con gestiones, con palabras y con escritos se dispongan a ayudar.
Por mi parte, mientras esté con vida y en condiciones de libertad -amparado en la Constitución brasileña que generosamente garantiza iguales derechos para los ciudadanos de su país y para los extranjeros- no callaré hasta no poder estrechar a mi hijo Juan Paolo en mis brazos.
Muchas gracias por la atención prestada.
Post Scriptum:
Pido la comprensión de todos Vds. para un punto de fuero íntimo y para otro en el plano familiar, cuyo silencio de mi parte podría causar extrañeza o, por lo menos, llamar la atención de más de un lector.
Primer punto: yo no tengo fe religiosa, soy ateo. Entender la realidad de mi país de origen podrá tal vez ayudarlos, así lo espero, a comprender este hecho. Pero reconozco que me impresiona profundamente la religiosidad del pueblo brasileño y de los otros pueblos latinoamericanos. Por ello, agradezco también, anticipadamente, sus oraciones al Dios en el cual creen con tanta fe, para que la justicia sea hecha.
Segundo punto: sobre mi esposa Ileana Fiallo. Ella es la madre de mi hijo, posee la guarda de él, me consta que hace lo posible para educarlo y cuidarlo de la mejor manera, y mantengo con ella las mejores relaciones, aún estando tan lejos.
Sin embargo, esa larga separación -y este es otro cruel aspecto de ese sistema de "apartheid" a que me sometieron las actuales autoridades cubanas- constituyó otro atentado contra la integridad de mi familia.
* Dr. Juan López Linares
E-mail: jlopezlinares@hotmail.com
Tel.: (19) 3788 5504 de 2a. a 6a., de 8 a 18 hs.
Tel.: (19) 3289 0618 de 2a. a 6a., após 19 hs., e fim de semana.
Fax.: (19) 3289 3137
* Embaixada de Cuba em Brasilia
Jorge Lezcano Pérez, Embaixador
E-mail: embacuba@uol.com.br
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Rafael Suárez Tabares, Cónsul General
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Felipe Pérez Roque, Ministro
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