Febr. 19, 2002: Editorial revista Cristiandad, Buenos Aires, www.cristiandad.org
Con el pretexto antiglobalización, el anarcosocialismo que hoy renace
Si para muchos el comunismo había muerto, la formidable red internacional socialista convocada en Porto Alegre entre el 31 de enero y el 5 de febrero demostró lo contrario. La articulación de movimientos que aparentemente no tenían relación entre sí hoy devela la íntima unión de metas. La vieja lucha de clases hoy despierta con fuerza proyectándola a escala mundial y extensiva. Los despachos de la agencia CubDest nos informan de aquello que la prensa no quiso ver.
Desde hace ya unos tres años, la opinión pública internacional viene siendo bombardeada por una omnipresente campaña de desinformación, o cuando menos, información ideológicamente sesgada. Bajo estos efectos y con el pretexto de combatir a la globalización forzada y los efectos del rotulado "neo-liberalismo", se presentan con luces de simpatía los poliformes movimientos "alternativos" y "antisistema". Cuidando siempre repudiar los habituales y progresivamente devastadores desmanes de protesta, la información y modelación de la población mundial es trabajada gracias a esta apariencia de objetividad, complementada con la cobertura - sensiblemente menor - de los sucesos "opuestos".
Como en toda guerra psicológica, el fin sigue siendo paralizar las oposiciones, ya sea por el terror, el bloqueo o la asfixia. En cuanto manipulaciones, las armas habituales suelen ser falacias de una vía como "oponerse a la antiglobalización y al antiliberalismo es apoyar al mal mismo representado en nuestros enemigos", contando siempre con que el contenido de lo que ellos etiquetan como "globalización" o "neoliberalismo" es coincidentemente negativo y ruin. De este modo quienquiera que sospeche de las intenciones de los grupos autodenominados "antisistema" queda automática y públicamente catalogado como "globalizador" y "neoliberal" según el sentido que le han querido dar a estas palabras. No concentrándose en los efectos pésimos de la globalización, como son la pérdida de identidad y soberanía de las naciones, la creación de un pensamiento único y débil, los trágicos vaivenes migratorios, la desnaturalización de los procesos productivos, la incontenible expansión de las consecuencias de las crisis locales, etc. apuntan sus armas contra las bases del sistema capitalista, de por sí buenas y plenamente conformes a la ley natural y a los Mandamientos: libre iniciativa y propiedad privada.
De esta forma nos encontramos una y otra vez con el error clásico de los psicoterroristas: oponer un extremo a otro, simulando que son opuestos. La oposición a un error consiste en la afirmación completa y absoluta de la verdad o del bien negado, no en afirmar lo directamente contrario (1).
Así se ha logrado tejer una portentosa red de organizaciones y activistas presentes en los 5 continentes, complementándose unas con otras y uniendo fuerzas que hasta ahora no parecían conectadas entre sí. La única variante con las formas anteriores en que las izquierdas se presentaban es el agregado anárquico y caótico. Al modo de los proliferantes "cacerolazos" que ocupan las primeras planas de cada vez más países, esta nueva izquierda lleva la bandera de la rebelión agresiva. Se pretende acabar con toda autoridad, jerarquía, orden o moral. Denunciando la corrupción (supuesta o verdadera), se pretende arrasar con todo para fundar una sociedad igualitaria, tribal, anárquica y "participativa" al estilo de las tribus más atrasadas.
Pareciera ser, entonces, que se trata de un desesperado y exitoso esfuerzo por resucitar la avergonzada Internacional Socialista, que ya no podía soportar más la evidencia de sus resultados donde quiera que haya implantado el sistema que se le antojara. Así nace la V Internacional Socialista, la "Internacional Rebelde", carente de la verticalidad y rigidez de las anteriores, y mucho más agresiva y abarcativa, buscando nuevos "proletariados" como serán los homosexuales, abortistas, indigenistas, feministas, ecologistas, nuevos obreros, los sin tierra, los infopobres, etc.
Y así se arrastra a las poblaciones mundiales a choques de proporciones colosales. La otrora local lucha de clases (obreros contra patrones, pobres contra ricos) hoy se traslada con naturalidad a escenarios imprevistos para los escépticos de entonces: países ricos contra países pobres, bloques económicos contra otros, continentes productores contra continentes consumidores, mundos pauperizados contra mundos desarrollados... o saliendo de la economía, veremos a escalas planetarias luchas de clases de todo tipo: hijos contra padres, alumnos contra profesores, campesinos contra propietarios, feministas contra la familia, inmorales de todo tipo contra gente honesta, drogadictos contra sensatos, ecologistas radicales contra el sistema occidental, indigenistas contra civilizados, nuevaeristas contra los restos de cristianismo, laicos contra religiosos, el "pueblo" contra la jerarquía eclesiástica, clientes contra empresas, ciudadanos contra Estados, etc.
Esta enorme variedad de formas de luchas de clases es la que amalgama esta peligrosa combinación revolucionaria que, a juzgar por sus "luchas" particulares, amenaza con borrar todo vestigio de civilización. En palabras del director de "Le Monde Diplomatique", Ignacio Ramonet, estos dispares activistas "dieron impulso a lo que poco a poco acabó siendo una nueva guerra social planetaria" (2).
Por su doctrina, su moral, sus instituciones, su misión y su estructura divinamente inspirada, la Santa Iglesia es el baluarte natural contra esta Internacional Anarcosocialista. Pero lamentablemente y en palabras de S.S. Pablo VI, luego reiteradas por S.S. Juan Pablo II, "el humo de Satanás penetró en el templo de Dios" y dio paso a un misterioso proceso de Autodemolición (3). Asistimos, hoy en día, a una escandalosa cooperación e impulso de sacerdotes, laicos e incluso Pastores, a este "nuevo mundo posible" que propone la Internacional Rebelde. Ese nuevo mundo que anuncia la completa destrucción de la Civilización Cristiana, fruto de la inculturación del Evangelio en las leyes y costumbres de las naciones.
Lejanos al falso dilema de "globalización" o "antiglobalización", "neoliberales" o "antineoliberales", y deseosos de esclarecer a nuestros lectores sobre el trasfondo de la reunión de Porto Alegre del Foro Social Mundial, reproducimos los dos primeros despachos de la Agencia de Prensa CubDest, que ha estado presente en estos eventos y ha cubierto, con grandes esfuerzos, todas las alternativas del encuentro mencionado. En las próximas ediciones iremos publicando las notas que se vayan emitiendo sobre temas de tanto interés para el católico como son la teología de la liberación y las izquierdas brasileñas; el Foro, indigenismo y feminismo revolucionario; el socialismo autogestionario de las proposiciones del Foro, etc.
Notas:
(1) Se trata del viejo sofisma de la moneda de dos caras. Se presenta al público dos opciones aparentemente opuestas, excluyendo una tercera posibilidad. Y así como con respecto a la existencia de Dios existe un extremo que es negarlo, el contrario es afirmar que hay muchos dioses. La verdad está en que hay un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, etc. Ambos extremos terminan negando la verdad, tanto como otros extremos aparentemente opuestos entre sí, como sería afirmar que todo es Dios o que Dios ha muerto.
(2) "Proletarios deI mundo, ¡Unios!" Ignacio Ramonet, El País, 24/6/2001 (http://www.elpais.es/articulo.html?anchor=elpepiopi&xref=20010624elpepiopi_13&type=Tes&date=)
(3) Alocución al Seminario Lombardo, 7-12-1968; Sermón del 29-12-1972.