Oct. 24, 2001: Diario Las Américas, Miami. Oct. 24, 2001: La Carta de Panamá.
Brasil: matrimonio cubano pide auxilio para traer hija retenida en Cuba
Debido a las tensiones, la adolescente, de 14 años, tuvo recientemente una grave crisis depresiva y por ello especialistas afirman que su vida corre riesgo
CATENDE, BRASIL, Oct. 23, 2001 (CubDest) - "Tenemos una hija cubana de 14 años, Anabel Soneira Antigua, retenida en Cuba contra nuestra voluntad. Desde 1998 estamos intentando infructuosamente traerla a Brasil, pero las autoridades de Cuba no la dejan salir de la isla. Somos sus padres y por lo tanto tenemos la patria potestad, pero nuestros derechos, y los derechos de nuestra hija, están siendo ignorados por las autoridades cubanas, que ponen interminables y angustiantes demoras", afirma en carta abierta a las autoridades y a los medios de comunicación brasileños el matrimonio cubano integrado por el Dr. Miguel Soneira, médico de familia y gastroenterólogo, y su esposa Leticia Antigua, técnica polígrafa. Ellos residen en la pequeña ciudad de Catende, Estado de Pernambuco, en el nordeste brasileño, a donde llegaron en 1997 y 1998 respectivamente. Ellos tienen una hijita brasileña, Nicole, de un año y medio, lo que les dio derecho a obtener la residencia permanente en Brasil.
El matrimonio explica que a partir de la llegada de Leticia a Catende, comenzaron los trámites migratorios para traer a su hija, pero que tres años después, "luego de haber agotado todos los recursos cabibles e imaginables, a nivel administrativo y consular cubano", decidieron hacer público el caso, pidiendo auxilio a las autoridades y a los medios de comunicación brasileños.
El matrimonio Soneira llegó a hacer tres viajes a Cuba, en 1999, 2000 y 2001 para intentar traer a Anabel. La joven llegó inclusive a escribir a Fidel Castro, pues "creía sinceramente que él se interesaba por los niños y jóvenes cubanos"; pero nunca obtuvo respuesta. Los padres de Anabel, por su lado, enviaron cartas a las más altas autoridades de Cuba, como Carlos Lage, vicepresidente del Consejo de Estado, el Ministro del Interior, el Ministro de Salud Pública, la presidenta de la Federación de Mujeres Cubanas, el director del periódico Granma, etc. El expediente de Anabel está retenido en el Departamento de Inmigración Nacional, en La Habana, y lleva el número 00/A1165.
Narra Leticia que su última ida a Cuba, en julio de 2001, "tuvo un carácter particularmente dramático, pues la abuela materna, con la cual vive Anabel en La Habana, nos informó que ésta había sufrido una fuerte crisis depresiva". Según los laudos médicos del Hospital Santos Suárez, en La Habana, ella presenta "grave riesgo suicida" y una especialista recomendó "facilitar la unión con la figura materna para lograr la recuperación emocional de la menor".
"Pero ni siquiera eso consiguió conmover a las autoridades de Cuba", añade Leticia, quien tuvo que abandonar La Habana con urgencia debido a las amenazas de un oficial del Departamento de Inmigración Nacional. Dicho alto oficial le dijo que si continuaba insistiendo en llevar a su hija, tampoco permitirían que ella misma saliese de Cuba, y que la prohibición de salida de Anabel era un castigo al Dr. Miguel. Éste, por haber decidido continuar residiendo con su familia en Catende, donde actualmente se desempeña como médico en la municipalidad, es considerado por La Habana como un desertor y traidor. El Dr. Miguel es muy querido en esta ciudad del nordeste brasileño, donde recientemente la Cámara Municipal lo distinguió con el título de "ciudadano honorario" por sus servicios prestados a la comunidad.
Leticia añade: "Nuestra querida Anabel fue llevada muchas veces a la Plaza de la Revolución, en La Habana, junto con sus compañeros de escuela, para participar en manifestaciones organizadas por el gobierno, donde se alegaba defender el derecho del niño Elián González de ser educado junto a su padre, y el de éste, de tener a su hijo junto a sí. Por eso, ella no comprende cómo esas mismas autoridades cubanas no la dejan reunirse con sus padres y con su hermanita".
El Dr. Soneira, por su parte, advierte: "No sólo por el derecho inalienable de los padres de educar a sus hijos, sino también por el delicado estado emocional de Anabel, y por la necesidad urgente de que ella se reúna junto a sus padres para comenzar su recuperación, responsabilizamos públicamente al gobierno cubano por lo que pueda ocurrir con nuestra hija, como consecuencia de la cruel demora que impide la reunificación de nuestra familia". Y concluye: "Tenemos la íntima esperanza de que, con la ayuda del pueblo brasileño, de sus autoridades y de sus medios de comunicación, así como de los de todo el continente americano, podremos pasar la próxima Navidad con Anabel, ya en Brasil".
El 12 de septiembre pp. el matrimonio Soneira envió una carta al canciller de Brasil, Celso Lafer, exponiéndole su drama familiar y pidiendo su ayuda. Trascendió que la cancillería brasileña, Itamaraty, ya tomó cartas en el asunto y la embajada brasileña en La Habana concedió a Anabel la visa de entrada y residencia permanente en Brasil.
Para recibir el texto completo de la carta del Dr. Soneira y de su esposa a los medios de comunicación, narrando el caso de su hija Anabel, envíe e-mail a: Dr_Soneira@yahoo.com o llame a (55-81) 99865790.