Febr. 21, 2001: Diario Las Américas, Miami
Foro Social Mundial:
laboratorio de la subversión
Por Gonzalo Guimaraens
El denominado Foro Social Mundial (FSM), efectuado del 25 al 30 de enero pp. en la ciudad de Porto Alegre, al sur de Brasil, cerca de las fronteras con Argentina y Uruguay, había sido anunciado como una alternativa de izquierda moderada capaz de presentar soluciones "concretas y viables" para los problemas mundiales. Sin embargo, el FSM no consiguió esconder su verdadero rostro y sus garras revolucionarias, con la actuación protagónica de delegaciones de Cuba comunista, de las narco-guerrillas colombianas de las FARC, de "teólogos de la liberación" de varios países, del Partido Comunista de Brasil y del Movimiento Sin-Tierra (MST), también de Brasil, que ha sido elogiado por Fidel Castro como un nuevo modelo de agitación social.
En la sesión inaugural, efectuada en el Centro de Convenciones de la Pontificia Universidad Católica de Porto Alegre, el francés Bernard Cassen, director de Le Monde Diplomatique y uno de los promotores del FSM, proclamó el lema del encuentro ante los 16.000 participantes y miembros de las delegaciones provenientes de 122 países, de Albania a Zimbabwe: "Estamos aquí para mostrar que un mundo diferente es posible". Pocos instantes después, cuando una prolongada ovación saludó a la delegación de Cuba comunista, encabezada por Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea del Poder Popular, y una platea eufórica gritaba consignas a favor de los guerrilleros zapatistas de México y de las narco-guerrillas FARC de Colombia, quedó en evidencia cuál era ese "mundo diferente" deseado por buena parte de los asistentes.
Después de la sesión de abertura, los participantes hicieron una manifestación por el centro de la ciudad agitando banderas con la hoz y el martillo, enarbolando retratos de Lenin y gritando consignas en favor de Cuba comunista, de las guerrillas colombianas, etc. La manifestación contó con la presencia del gobernador de Río Grande del Sur y del alcalde de Porto Alegre, ambos del izquierdista Partido de los Trabajadores, y con figuras internacionales como Danielle Mitterrand y el agricultor-agitador francés José Bové.
Durante los días del encuentro -que contó con financiamiento de las Fundaciones Ford (norteamericana), Novib (holandesa) y Heinrich Böll (alemana)- se desarrollaron más de 400 conferencias y workshops sobre los más variados temas políticos, sociales y ecológicos. No se puede afirmar que todas esas reuniones hayan tenido una orientación subversiva. Pero lo que sí quedó claro es que las más dinámicas y concurridas, que dieron el tono del evento, fueron las de carácter revolucionario en las que se trazaron estrategias de "resistencia armada" en América Latina. El guerrillero colombiano Javier Cifuentes hizo un llamado a luchar para "la construcción del único régimen reservado a llevar la felicidad a la especie humana, cual es el socialismo" y afirmó que "las FARC están completamente seguras de que el siglo 21 es el siglo del socialismo, es el siglo de América Latina".
En varias conferencias los expositores manifestaron desprecio por la llamada "3a. vía" socialdemócrata. "No admitimos la humanización del capitalismo, pero sí su aniquilación por el socialismo", afirmó el economista Jorge Benstein, de la Universidad de Buenos Aires (UBA), quien anunció la "eclosión de revueltas populares en América Latina" . Un dirigente de la Central Única de Trabajadores (CUT), de Brasil, hizo un llamado a articular "acciones de resistencia simultánea en varios continentes", tales como huelgas y protestas callejeras, ya en este año.
El sacerdote belga François Houtart, importante exponente de la teología de la liberación, quien durante muchos años asesoró al dictador Castro y continúa siendo un frecuente visitante de Cuba, afirmó que delante de los actuales sistemas basados en la propiedad privada la única salida es "luchar por su destrucción radical".
Las reiteradas ovaciones a los miembros de la delegación de Cuba comunista fueron calificadas por José Barrionuevo, conocido periodista de Porto Alegre, como "la mayor contradicción del Foro Social Mundial" pues se trata de "aplausos a opresores" del pueblo cubano. Pero esa contradicción no parece haber hecho mella en sus participantes. Francisco Whitaker, uno de los organizadores del FSM y director de la Comisión Brasileña Justicia y Paz de la Conferencia Nacional de Obispos Católicos del Brasil, mientras aguardaba la llegada del jefe de la delegación cubana, Ricardo Alarcón, declaró: "La explicación de ese apoyo es muy simple: porque Cuba es un símbolo". El sacerdote colombiano Oliverio Medina, que milita en las guerrillas FARC, añadió que "Cuba comunista es la prueba de que el capitalismo no es la panacea para la humanidad, y sí lo es el socialismo. Cuba es como una hermana que brilla con luz propia. Lo digo porque viví allí". Por su parte, el italiano Riccardo Petrella, profesor de la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica, interpretó las ovaciones a Cuba comunista como "un homenaje al mito que representa, aunque la realidad de Cuba no sea enteramente de acuerdo con el mito. Las personas tienen necesidad de mitos. Si se destruyen los mitos de Cuba y del ‘Che’, ¿qué nos queda?"
Simultáneamente se efectuó el 1er. Foro Parlamentario Mundial, con la presencia de 400 legisladores izquierdistas de cerca de 30 países, que anunciaron la constitución de una "red internacional" para asegurar que las propuestas de izquierda emanadas del FSM tengan "una verdadera traducción legislativa".
Lo que quedó al descubierto en Porto Alegre fue la existencia de un enorme laboratorio de la subversión mundial; un "archipiélago planetario de resistencia", como lo define un documento oficial del FSM. No en vano los principales movimientos, sindicatos y partidos políticos que tuvieron un papel relevante en este Foro, incluyendo a los guerrilleros de las FARC y a Cuba comunista, hacen también parte del Foro de São Paulo (FSP). Éste fue creado en julio de 1990 en la ciudad de São Paulo, Brasil, a pedido del dictador de Cuba, Fidel Castro, preocupado con el desmantelamiento del imperio soviético y viendo la necesidad de una articulación de las izquierdas revolucionarias en las Américas (cfr. Ariel Remos, "Foro de São Paulo y toma del poder en América Latina", DIARIO LAS AMÉRICAS, Miami, Sept. 14, 2000).. El FSM y el FSP son dos caras de una misma moneda revolucionaria, de una internacional pro-comunista cada vez más actuante, con vastas "redes de apoyo" en el mundo entero.
Ignacio Ramonet, editor de Le Monde Diplomatique, anunció que "el nuevo siglo comienza en Porto Alegre". Si este mal augurio llegase a concretarse, el siglo 21 sería acentuadamente revolucionario. Quien tenga ojos para ver, que vea y que reaccione, contribuyendo a denunciar esta articulación anticristiana.
Gonzalo Guimaraens es analista político, experto en asuntos cubanos. E-mail: cubdest@cubdest.org