Mayo 3, 2000: O Estado de S. Paulo, São Paulo, Brasil, p. A3
En defensa del destierro cubano
Sr. Director
O Estado de S. Paulo
Presente
Manifesto mi serena pero enfática protesta en relación al editorial del diario O Estado de S. Paulo, "La insensatez de los exiliados cubanos" (Abril 27, 2000), que caricaturiza la actitud firmemente anticomunista de los desterrados con epítetos como "ciega hostilidad", "odio desabrido", "paroxismo", "rencor", "desatinos" y hasta "delirio", términos no muy diferentes a los usados diariamente contra nosotros por el Granma, órgano del Partido Comunista de Cuba (PCC).
La posición del destierro cubano, que rechaza hasta la más mínima forma de aceptación de la nefasta revolución cubana y el más mínimo acercamiento con el régimen castrista, no es fruto de ningún "delirio" o "paroxismo", pero sí de la plena adhesión a la doctrina tradicional de la Iglesia, que condena al comunismo como "intrínsecamente perverso" y considera "inadmisible la colaboración con él en cualquier terreno" (Pio XI, Divini Redemptoris). Tal como recientemente denunció un grupo de valientes sacerdotes de la isla-cárcel, el régimen comunista cubano -sin duda, con el silencio cómplice de muchos líderes políticos, financieros y publicitarios de los países occidentales- ha demostrado tener una "eficacia diabólica" en el dominio de los desdichados cubanos. Y, según información trasmitida por la agencia vaticana Fides, el dictador Castro está usando el caso Elián como "cortina de humo" para esconder una creciente represión contra los católicos y opositores.
El editorialista, si hubiese tenido en mente estos presupuestos, tal vez no hubiese incurrido, contra los desterrados cubanos, en la "ciega hostilidad" que él mismo nos atribuye. Y, para adoptar una apariencia de objetividad, después de calificar el "bloqueo" económico como "anacrónico", habría tenido por lo menos una palabra proporcionada de condena al implacable "bloqueo"interno -la verdadera causa y raíz del problema cubano- con el cual el régimen totalitario asfixia desde hace 41 años a millones de nuestros hermanos.
Sobre el niño Elián, el editorialista alega "el mero sentido común" para afirmar que éste debía haber sido inmediatamente entregado a su padre. Sin embargo, si hubiese añadido a sus conocimientos sobre la realidad cubana el tenor de algunos artículos de la Constitución comunista y del Código de la Niñez y la Juventud, fácilmente hubiera percibido que en Cuba es el Estado comunista, y no los progenitores, el real e implacable detentor de la patria potestad. Y que, por lo tanto, si vuelve a Cuba, el niño no estará en los brazos de su padre, y sí en las garras del dictador Castro, que ya lo espera con un centro de "reeducación" instalado en una de las sedes de la Unión de Jóvenes Comunistas.
En caso que nos sea concedido espacio suficiente, podremos demostrar, punto por punto, otras parcialidades, errores e imprecisiones en los juicios y hechos citados en el referido editorial.
Armando F. Valladares
Ex preso político cubano, ex embajador norteamericano en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en las administraciones Reagan y Bush
E-mail: Fundacion@Valladares.as