Enero 13, 2000: Diario Las Américas, Miami, ed. electrónica
Cuba: movilizaciones de masas
y "control social"
por Gonzalo Guimaraens
Además de la coacción por medio del terror policial, el comunismo cubano ha estudiado y aplica constantemente mecanismos de psicología social, poco conocidos pero sumamente eficaces para mantener subyugada a la población. Por detrás de las movilizaciones de masas impulsadas por el régimen de La Habana, con el pretexto de exigir la vuelta de Eliancito a la isla-cárcel, se esconden varios de esos instrumentos de "control social" y de manipulación del comportamiento colectivo. El estudio "The Conventionalization of Collective Behavior in Cuba", escrito hace más de diez años por el sociólogo cubano-americano Benigno Aguirre, de la Universidad de Texas, conserva una notable actualidad pues describe en profundidad diversos mecanismos de opresión psicológica relacionados con las movilizaciones.
Según el mencionado sociólogo, la "coreografía" de las concentraciones políticas es una de las tres formas en que "la naturaleza coercitiva de las instituciones revolucionarias estructuradoras del comportamiento colectivo se manifiesta con más fuerza". Las otras dos son variaciones de la anterior: los actos de "solidaridad" con la política exterior del régimen y el "ceremonial de recepción" de invitados extranjeros.
En todas ellas, comenta Aguirre, lo que podría parecer a un observador extranjero como "un inmenso mar" de individuos "sin conexión entre ellos", espontáneamente reunidos para apoyar a la Revolución, en realidad forman parte de un conjunto de grupos o nichos con lugares preestablecidos, cuyos miembros se conocen mutuamente y, por ello, su presencia o ausencia resulta notoria para los monitores pertenecientes al Partido Comunista, a los Comités de Defensa de la Revolución (CDRs), etc. En esos actos, cualquier conducta de los forzados asistentes que resulte anormal para los padrones comunistas, pesará desfavorablemente en sus vidas cotidianas. Aguirre lamenta que estos y tantos otros aspectos fundamentales del "control social" comunista sobre la población indefensa, hayan sido poco estudiados -e inclusive ignorados- por "scholars" que analizan la realidad cubana.
Análogamente, no parecen haber detectado esa grave manipulación tantos corresponsales extranjeros que en los últimos días han dado generosa cobertura a dichas manifestaciones. Por ejemplo, la periodista Isabel García, de Reuters, en despacho desde La Habana, sólo consiguió ver en ellas "solidaridad popular" con el régimen, llegando a elogiar "la asombrosa capacidad de movilización" del Partido Comunista...
Lamentablemente, que nos conste, tampoco han abordado este delicado tema de los mecanismos psicopolíticos de control del comportamiento colectivo, en cuanto arma comunista para mantener la opresión en la isla-cárcel, las organizaciones que se dedican a monitorear la situación de los llamados "derechos humanos" en el mundo.
Pueden servir de meditación, y de pauta para urgentes e indispensables estudios sobre el tema, párrafos sustanciales del documento de trabajo preparado para una reciente reunión de sacerdotes de las diócesis de Santiago de Cuba, Holguín, Bayamo-Manzanillo y Guantánamo, titulado "Cuba: su pueblo y su Iglesia de cara al comienzo del tercer milenio". Allí se denuncia la aplicación, por parte de los comunistas, de la "psicología científica" y la "psicosociología", incluyendo el "estudio constante de los estados de ánimo y de opinión de la población", para obtener "un control tan absoluto sobre los espíritus y los cuerpos de los hombres que tal vez ningún monarca o gobierno ha tenido la posibilidad de un control así sobre la gente". El sistema totalitario, concluye el documento, ha demostrado tener una "eficacia diabólica" en el dominio de las personas.
Las actuales movilizaciones de masas en Cuba dan una inmejorable oportunidad para denunciar al régimen comunista de La Habana en un asunto tan importante cuanto silenciado, como lo es el de los crueles mecanismos de "control social" con los cuales atenaza psicológicamente a los desdichados cubanos.
Gonzalo Guimaraens es analista político, experto en asuntos cubanos. E-mail: G.Guimaraens@altavista.net